sábado, 7 de julio de 2007

Nadie podría dudarlo




No podría asegurarse

por más difícil que fuera
que no se tratara de amor,
que no la quisiera de veras.
Nadie podría dudarlo
si su alma pudieran leerla.

Nadie podría pararlo
si rompiendo la invisible barrera
de su eterna timidez,
consiguiera acercarse a ella
y hablarle de su amor
tan antiguo como la tierra.

No podría ella negarse
a escucharlo sorprendida, aunque serena,
sintiendo su pecho alborotarse
al són de aquella música nueva.
Nada la haría más feliz
que aquel hombre se decidiera.



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